martes, 30 de julio de 2013

HISTORIA DE UN AS


 
 As del "MUNICIPIUM CALAGURRIS IULIA NASSICA" (Actual Calahorra).

 

   Cuando nuestra mente está abierta para reconocerlas, descubrimos que vivimos en un mundo lleno de sincronicidades. Poco después de publicar mi último post encontré, olvidado en el fondo de un cajón de mi escritorio, un par de antiguas monedas ibéricas que años atrás me habían regalado. Al observarlas con detenimiento descubrí en el reverso de una de ellas la imagen de un toro que me había pasado desapercibida. ¡Qué sincronicidad! Precisamente aquellos días estaba recopilando información para un post de este blog que versaría sobre el culto al toro mitraico en la antigua Roma. ¿Tendría alguna relación aquella imagen del toro con el culto romano al toro del dios Mitra?

   Gracias al buscador Google no tardé en encontrar información sobre aquella moneda. Se trataba de un As romano de la época del emperador Tiberio. Una moneda de bronce (la palabra As proviene del latín aes que significa “bronce”) del "MUNICIPIUM CALAGURRIS IULIA NASSICA", la actual ciudad de Calahorra. En el anverso de la moneda figuraba la imagen de la cabeza laureada del emperador Tiberio con el siguiente texto:  TI. AVGVS. DIVI. AVGVSTI. F. IMP. CAESA(R). En el reverso, la figura de un toro mirando hacia la derecha con el texto: L. FVL. SPAR (SO.) (L.) SATURNINO II VIR. M. C. I.

   ¿Qué sentido tenía la imagen de un toro en un As?  En las monedas romanas era frecuente encontrar imágenes de delfines, lobos, osos, peces, serpientes, etc. En la península Ibérica también lo eran las imágenes de bóvidos en forma de yunta de bueyes arrastrando arados (arado fundacional) y toros preparados para los sacrificios rituales mitraicos.

 



As de la Colonia Caesar Augusta (Zaragoza) - Yunta fundacional -

 
   En el reverso de las monedas  más antiguas acuñadas en la ceca de la Colonia Caesar Augusta (la actual Zaragoza) podemos ver la imagen de una yunta formada por un ternero y una novilla tirando de un arado. La yunta es guiada por un personaje (posiblemente Augusto, el fundador de la ciudad) que porta en su mano derecha un látigo.

   La fundación  de una ciudad romana estaba acompañada de ceremonias propias para la ocasión. En primer lugar un augur debía consultar a los dioses si el emplazamiento era de su agrado. Si el resultado era afirmativo, el fundador delimitaba el emplazamiento de las murallas mediante un surco realizado con un arado tirado por un ternero y una novilla. Por este motivo las monedas más antiguas de la Colonia Caesar Augusta conmemoraban con la imagen de dicha yunta su reciente fundación. Con los años, y cuando la ciudad ya estaba consolidada, la Colonia Caesar Augusta acuñó nuevas monedas, esta vez con la imagen de un toro mitrado. ¿Cuál fue el motivo de este cambio? Las monedas circulaban por todo el imperio romano y eran un medio de propaganda para la ciudad; la elección de sus imágenes no se realizaba con fines estéticos.

 

 
As de la Colonia Caesar Augusta (Zaragoza) - Toro mitrado


   En el siglo I d.C. muchas legiones romanas, como las famosas Legio X Equestris y Legio IX Hispana, tenían como divisa la imagen del toro. Las monedas con imágenes de toros proclamaban a todo el imperio que en la ciudad que las acuñaba se asentaban las legiones romanas y por ello poseían el rango de ciudad imperial. Por este motivo el toro mitrado de las monedas de Caesar Augusta y Calagurris mostraba el orgullo de sus habitantes por ser ciudadanos del imperio romano.
 

 
La Legio X Equestris y la Legio IX Hispana fueron legiones que combatieron en la Guerra de las Galias bajo el mando de Julio César

 

El toro en las legiones romanas

 
   Varias hipótesis se han barajado para explicar el porqué el toro fue la divisa de muchas legiones romanas. La más aceptada lo atribuye al elevado número de practicantes del culto al dios solar Mitra entre los legionarios romanos.

 

 
Mitra degollando al toro (Museo del Louvre-París)

 
   El culto a Mitra fue introducido en Roma en el año 62 a.C. por los legionarios, funcionarios y comerciantes que habían servido en las fronteras orientales del imperio.

   Mitra era adorado desde la antigüedad en Persia y la India. Según la mitología, Mitra nació de una roca bajo un árbol. Al poco de nacer combatió y venció al toro creado por el dios solar, llevándoselo hasta su cueva. Ocurrió que en el camino el toro logró escaparse y el dios solar ordenó a Mitra que lo matara. Mitra lo capturó de nuevo y clavó un puñal en su cuello, del que brotó sangre que dió lugar a las plantas y los animales que habitan la Tierra. Por este motivo, en las ceremonias  de iniciación mitraica se ungía a los iniciados con la sangre de toros sacrificados para la ocasión.

 

 
Pintura mural descubierta en Pompeya. Museo arqueológico de Nápoles.


Cristianismo y mitraísmo

 
   El cristianismo y el mitraísmo convivieron en Roma durante cuatro siglos, hasta que el emperador Teodosio convirtió el cristianismo en la única religión oficial. Poco se conoce acerca de los rituales mitraicos ya que, al proscribirse en el siglo IV d.C., se destruyeron sus textos y lugares de culto. Gracias a los hallazgos arqueológicos y a los escritos de algunos de los primeros autores cristianos sabemos de sus semejanzas con los rituales cristianos.

   Un personaje clave en el triunfo del cristianismo sobre el mitraísmo fue el emperador Constantino, que logró el poder tras vencer con sus legiones a las de su rival, Majencio, en el 312 d.C. en las afueras de Roma, en la batalla del puente Milvio. Hasta entonces Constantino había sido un fiel seguidor del culto al dios sol y al mitraísmo pero, según la leyenda, en vísperas de la batalla del puente Milvio tuvo la visión de una cruz en el cielo frente al sol mientras se escuchaba una voz que decía "in hoc signo vinces" (con este signo vencerás). Entonces, y también según la leyenda, Constantino puso al frente de sus legiones un estandarte con la imagen del crismón (monograma de Cristo).

   En la batalla del puente Milvio no solo se enfrentaron dos ejércitos, sino dos mundos irreconciliables: el del antiguo imperio representado por el toro, y el nuevo representado por la  cruz.

 

 

Visión de Constantino durante la batalla del puente Milvio (312 d.C.). "In hoc signo vinces" (con este signo vencerás).

 


   Desde la fundación de la ciudad de Roma sus jefes religiosos, los pontífices, también eran responsables del mantenimiento de los puentes que cruzaban el río Tiber (en latín pontis significa “puente”). Siglos después el emperador Julio César se atribuyó el poder religioso, político y militar, pasando a ostentar el título de Pontifex Maximus (Sumo Pontífice). Después de la batalla del puente Milvio Constantino, como emperador, siguió ostentando el título de Pontifex Maximus hasta que los obispos cristianos protestaron, cediendo entonces el título al obispo de Roma (los actuales Papas).

   Constantino hábilmente logró que el cristianismo se adecuara al imperio romano y no al revés. Así, y de forma gradual, los ritos cristianos fueron incorporando los ya vigentes en Roma. Un ejemplo fue el uso de la mitra, tocado con el que cubren sus cabezas los principales dignatarios de la iglesia cristiana, muy parecida a la que se utilizaba en el culto romano a Mitra. Los antecedentes de este tocado romano los encontramos en el traje en forma de pez que utilizaban los sacerdotes babilónicos en las ceremonias de culto al dios pez Dagón. Con el tiempo, del vestido sólo se conservó el tocado con la forma de cabeza de pez con la boca abierta. El emperador romano, como Sumo Pontífice, portaba una mitra en las ceremonias religiosas. Al ceder su poder religioso a los jerarcas de la iglesia cristiana, fueron éstos los que la emplearon como tocado.

 

 
 
 
Mitra babilónica.  Traje en forma de pez utilizado por los sacerdotes babilónicos durante las ceremonias de culto al dios pez Dagón

 

 
Mitras babilónica y cristiana

 

Otras similitudes entre el cristianismo y el mitraismo son las siguientes:

-  La elección del 25 de diciembre como fecha de celebración del nacimiento de Mitra y Jesús. Hasta aquel momento los cristianos celebraban la Navidad el 6 de enero, como todavía lo hacen los cristianos ortodoxos, pero a partir de la cristianización de Roma la trasladaron a diciembre.

- Su día sagrado era el domingo, día del dios solar (en inglés sunday significa “día del sol”). Los cristianos adoptando el domingo como día sagrado también se diferenciaban de los judíos, cuyo día era el sábado.

- En las ceremonias mitraicas los sacerdotes ofrecían pan (como símbolo de la carne transformada en trigo) y agua o vino, en conmemoración de la sangre derramada por el toro que mató Mitra. En las ceremonias cristianas también el sacerdote ofrece a sus feligreses vino y pan.
 

Del toro de Mitra al toro de Mélida y de Osborne
 
 
  
 
   El culto a Mitra, al toro y a todo lo que representaban no desapareció por completo en la cultura occidental tras la aparición del cristianismo. Ha permanecido oculto y desacralizado en el arte, la publicidad y en espectáculos populares como el toreo.

   Si los antiguos romanos hubieran utilizado como vestimenta camisetas estampadas con imágenes, no habría sido extraño que muchas de ellas lucieran el mismo toro que podemos ver actualmente en las camisetas de los hinchas de la selección española de fútbol.

 

 

Camiseta con la imagen del toro de Osborne

 

 

Camisetas conmemorativas de la Legio X romana



   Es una paradoja que el emblema del toro que trajeron los legionarios romanos de las fronteras orientales del imperio romano haya retornado de nuevo a aquellas tierras durante la guerra de Irak y Afganistán por mediación de los soldados y legionarios españoles. Como dice la Biblia: Nihil novum sub sole (“Nada nuevo bajo el sol”).

 

 
Soldados españoles en la guerra de Irak

 

 
Cuartel español en la guerra de Irak

 
 
 Cuartel español en la guerra de Irak

 

 
Oficial español en la guerra de Afganistán

 

   A lo largo de la historia la imagen del toro ha sido utilizada por numerosas culturas y gracias a artistas españoles como Goya, Enrique Mélida y Manolo Prieto todavía continúa presente en la nuestra. Como me recordó la antigua moneda que encontré en el fondo del cajón de mi escritorio, ningún país, empresa o ejército puede atribuirse la propiedad del símbolo del toro ya que éste pertenece al inconsciente colectivo de la humanidad.