sábado, 14 de junio de 2014

LA ESTATUILLA DE LOS PREMIOS GOYA Y EL TORO DE OSBORNE. DOS OBRAS DE ARTE EN BUSCA DE SUS AUTORES



La última ceremonia de entrega de los premios Goya ha sacado a la palestra el tema del plagio en el mundo del arte.

En la antigüedad era muy habitual que los jóvenes artistas aprendieran a pintar copiando las obras de los pintores consagrados. En aquella época el arte estaba al servicio del poder (Iglesia y nobleza) por lo que con frecuencia se reproducían los mismos temas religiosos, históricos y mitológicos. Sólo a unos pocos artistas se les permitía innovar ya que a los poderes autócratas les desagradan los librepensadores. No fue hasta el Renacimiento, coincidiendo con el surgimiento de una nueva clase social de mercaderes con alto poder adquisitivo, que se empezó a valorar la creatividad en el autor.


LA INSPIRACION Y EL PLAGIO EN EL ARTE Y LA PUBLICIDAD
 
No existen obras de arte que puedan considerarse totalmente originales. La creación es un proceso mental condicionado por diversos factores tales como la educación, la experiencia, las emociones y los recuerdos. En realidad siempre está presente el recuerdo inconsciente de las obras de otros artistas.

El término “plagiar” proviene del latín plagiāre que significa “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”, mientras que el término “inspiración” proviene de inspiratĭo, entre cuyas acepciones se encuentra el “efecto de sentir el escritor, el orador o el artista el singular y eficaz estímulo que le hace producir espontáneamente y como sin esfuerzo".

Y ¿cómo saber si una obra de arte es el resultado de la inspiración o del plagio? Sólo el artista que ha creado la obra puede responder con certeza a esta pregunta. En muchas ocasiones ni el propio autor es consciente de las influencias de otros artistas en su obra. Para que se trate de un auténtico plagio debe existir la voluntad deliberada de copiarlo y ocultarlo.
 

EL GOYA DE BENLLIURE

Un ejemplo donde no está clara la autoría de una obra de arte es el de la estatuilla de los premios Goya que, desde 1987, concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. En una nota en su web, la Fundación Mariano Benlliure afirma que esta estatuilla es un plagio de una obra creada en su día por el escultor Mariano Benlliure.
 

Estatua de Goya en el Museo del Prado. Mariano Benlliure


Frente a la puerta de Goya del Museo del Prado se encuentra una estatua de Goya, obra del escultor valenciano Mariano Benlliure. Un busto de bronce que representa a Goya, obra del mismo escultor, se encuentra en el interior del museo,  en una de las salas dedicadas a Goya.

 

 Busto de Goya, obra de Mariano Benlliure. Museo del Prado


 
 Estatuilla de los Premios Goya. Obra del escultor asturiano José Luis Fernández


En la web de la Fundación Mariano Benlliure, refiriéndose a la estatuilla de los premios Goya, podemos leer: Lo cierto es que si se compara dicho busto con el original de Benlliure las similitudes son más que notables y no parecen el resultado de una simple inspiración.
 Desde la segunda edición la estatuilla se encargó al escultor José Luis Fernández, quien desarrolló un nuevo busto de bronce, más pequeño, que representa al pintor. Lo cierto es que esa segunda estatuilla no es una “creación” personal del escultor José Luis Fernández, pues está claramente inspirada en el busto de Goya obra de Mariano Benlliure, una de cuyas fundiciones en bronce puede verse en las salas dedicadas al pintor en el Museo del Prado.
 
Para defenderse de esta acusación, el artista José Luis Fernández contestó en el diario digital Las Provincias (15 de febrero de 2014):
 
Es la primera noticia que tengo. No sabía nada, ni que se lo reclamaban a la Academia ni que considerasen que lo había copiado. La verdad es que yo no he visto ese busto de Benlliure, no lo conozco....
La imagen la saqué de los propios cuadros del pintor y no veo nada punible. Hay que ver, la gente cómo hila en todo esto. Los Benlliure tienen muchos sitios donde mirar obras del artista, al que sí es cierto que le plagian mucho, pero no es mi caso, la verdad.

Posteriormente la Fundación Benlliure respondió a estas declaraciones esgrimiendo que, en un reportaje en el diario El País de fecha 3 de febrero de 2001, el escultor José Luis Fernández reconocía haberse inspirado en el busto de Goya creado por Mariano Benlliure.
 
Como vemos, nos encontramos ante dos posturas enfrentadas que parecen irreconciliables: la primera, la de la Fundación Mariano Benlliure, que denuncia un plagio y la segunda, la del autor, que se defiende afirmando que es una inspiración aunque posteriormente, en 2014, se retractó. ¿Cuál de las dos versiones es la verdadera?
 
Como dice el refrán, "una imagen vale más que mil palabras". Aunque no podemos afirmar con certeza que la obra de Fernández sea un plagio tampoco podemos negar el gran parecido con la de Benlliure. Ambas tienen las mismas proporciones, gestos faciales e incluso el mismo pañuelo anudado al cuello.

 
LOS DERECHOS DE AUTOR DE LA OBRA DE MARIANO BENLLIURE

Mariano Benlliure falleció en 1947 por lo que, en el caso de que la estatuilla de los premios Goya fuera un plagio, se debería pagar derechos de autor a sus herederos ya que estos derechos estarían vigentes hasta el año 2017.
Afirman los herederos que han intentado llegar a un acuerdo con la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España pero hasta este momento no ha sido posible. Según la Fundación Mariano Benlliure: No parece lógico que una institución como la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España entregue como Premio Goya, el más importante que se concede en cine en España, una estatuilla que no respeta los derechos de propiedad intelectual sobre una obra, ya que los derechos de autor de Mariano Benlliure siguen vigentes.



EL TORO DE OSBORNE
 
Otra obra de arte donde puede haber controversia es el Toro de Osborne, diseñado en 1956 por Manolo Prieto para las Bodegas Osborne.
 
Como hemos repetido en numerosas ocasiones en este blog, la silueta del Toro de Osborne nos recuerda la que aparece en el cuadro ¡Se aguó la fiesta! del pintor Enrique Mélida, reproducida en los carteles publicitarios de la famosa taberna flamenca Los Gabrieles de Madrid.
 
Muchos recordarán esta taberna por haberse rodado en ella algunas de las escenas de la serie televisiva Juncal, cuyo protagonista principal era Paco Rabal. Los Gabrieles fue denominada la "Capilla Sixtina de la azulejería madrileña" y la "Catedral de la cerámica andaluza dedicada al vino de Jerez". Sus paredes están decoradas con paneles cerámicos publicitarios de las Bodegas Domecq, Garvey, Sánchez Romate, Carrasco y Rafael Cruz Conde. En estos anuncios reproducían cuadros de Goya, Velásquez, Enrique Mélida y otros pintores relacionados con el mundo del vino y los toros.



Azulejos de Los Gabrieles. Serie de TVE Juncal. 1988

 
Los Gabrieles está situada en pleno centro de Madrid, muy cerca del estudio de Manolo Prieto. Sería extraño que un profesional andaluz y aficionado a los toros que diseñaba carteles publicitarios con temas andaluces desconociera la bodega y, en concreto, el cartel de ¡Se aguó la fiesta!
 
También aquí "una imagen vale más que mil palabras". Si comparamos las siluetas de ambos toros (la de Enrique Mélida y la de Manolo Prieto) vemos una gran similitud. Ambas imágenes fueron utilizadas con fines publicitarios para promocionar dos bodegas jerezanas, y las dos representan a un toro negro en posición estática de pie en la cima de una colina.
 

 Silueta del toro sobre una colina tal como aparece en el cuadro de Enrique Mélida ¡Se aguó la fiesta!
 

Silueta de un toro sobre una colina utilizada en la  publicidad de Brandy Veterano de Bodegas Osborne


La percepción de similitudes y diferencias entre dos obras de arte siempre es  cuestionable ya que nuestras percepciones están condicionadas por nuestras creencias. Si creemos que Manolo Prieto no estuvo influenciado por Enrique Mélida, por más evidente que sea el parecido entre ambos toros, nosotros no lo percibiremos. Nuestra mente discrimina las informaciones que van en contra de lo que espera percibir.
 
Otro ejemplo de discriminación en la percepción visual la podemos experimentar en una escena de la película Pretty Woman (ver vídeo abajo). En ella Julia Roberts sostiene con la mano un croissant, en el siguiente plano misteriosamente es una galleta (o tortita) ovalada, y de nuevo un croissant. A pesar de lo llamativo de esta situación, los espectadores no suelen detectar estos cambios porque su mente no contempla esta posibilidad.


Escena del desayuno de la película Pretty Woman
 
 


Obsérvese cómo el croissant se sustituye súbitamente por una galleta (o tortita) ovalada y de nuevo por un croissant



EL PODER DE INTERNET Y LAS REDES SOCIALES

Puede parecer extraño que en su época nadie mencionara el parecido entre el Toro de Osborne y el de ¡Se aguó la fiesta! Debemos recordar que en 1956 no era tan fácil como hoy documentarse. Si en aquella época hubieran existido medios como Google o Twitter quizás alguien se hubiera percatado del parecido entre ambas imágenes y lo hubiera hecho público en la red.
 
Citaré un ejemplo reciente del poder de las redes sociales para denunciar plagios en el mundo de la publicidad. Según el diario El Mundo (9 de abril de 2014), el diseñador gráfico Alfredo León denunció vía Twitter que un cartel que anunciaba un evento de la formación política "Podemos" (abajo a la izquierda) era un plagio de un cartel suyo (en el centro de los tres) presentado al concurso de carteles del 47 Festival de Jazz Donosti.

En el tuit de Alfredo León se podía leer:
 
Han copiado la composición. Los 47 círculos, los colores, la tipografía y hasta las líneas. El cartel que usa “Podemos” es plagio de una obra mía. Necesito una explicación.

Pero para sorpresa de Alfredo León, a las pocas horas de realizar su denuncia en las redes sociales otro internauta, también vía Twitter, acusaba a su vez a León de haber plagiado un cartel publicitario chino (el cartel de la izquierda).

 El cartel original chino es el de la derecha. El del centro es de Alfredo León y el de la izquierda de la formación política "Podemos"


Finalmente, ante esta evidencia, Alfredo León reconoció que había modificado el cartel chino mediante el recurso gratuito de un programa de diseño. Y de nuevo escribió en Twitter:

Estoy desbordado; si lo llego a saber no digo nada en Twitter.
En menos de 24 horas he tenido 3.000 menciones en Twitter y no paro de recibir llamadas y mensajes.
El original tenía 48 puntos. Yo decidí eliminar uno y dejarlo en 47. Y la tipografía la añadí yo. “Podemos” ha copiado todo.


LOS DERECHOS DE REPRODUCCION DE LA OBRA DE ENRIQUE MELIDA
 
Enrique Mélida murió en 1892 por lo que los derechos de reproducción de sus obras prescribieron en 1972, 16 años después de la aparición del Toro de Osborne. Según el artículo 6º de la antigua Ley de la Propiedad Intelectual de 1879, la propiedad intelectual corresponde a los autores durante su vida, y se transmite a sus herederos testamentarios o legatarios por el término de ochenta años. También es transmisible por actos entre vivos, y corresponderá a los adquirentes durante la vida del autor y ochenta años después del fallecimiento de éste si no deja herederos forzosos.
Recientes sentencias judiciales han dictaminado que los derechos de reproducción de la silueta de un toro negro en posición estática de pie son propiedad de las Bodegas Osborne. Pero, por paradójico que parezca, esa misma silueta se podría reproducir legalmente con fines publicitarios si el que la reproduce indicara que es una copia del toro del cuadro ¡Se aguó la fiesta! de Enrique Mélida. Aquel toro al que Valle Inclán describía como un toro "bragao" que se detiene a corta distancia mirando con ojos escarnizados y foscos el grupo alborotado y conmovido de los majos y de las manolas que un momento antes tan alegre y amigablemente departían.