Hace cinco años las bodegas Osborne entablaron un
pleito judicial en contra de la marca Bad Toro, una empresa dedicada al diseño
y producción de colecciones para tiendas Duty Free en aeropuertos.
Según el diario Expansión, Osborne denunció a Bad
Toro en la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) porque la
silueta del logo de Bad Toro era muy parecida a la del Toro de Osborne del
diseñador Manolo Prieto. En dicha demanda Osborne aducía que sólo ellos podían
utilizar el término “toro” en una marca comercial.
Tras varios años de pleitos la batalla jurídica se
libra actualmente en el Tribunal Supremo en Madrid y en el Tribunal de Justicia
de la Unión Europea en Luxemburgo. Según los expertos, el fallo del primero
condicionará la decisión del segundo.
No es mi intención analizar los aspectos legales de
este pleito, pero es difícil aceptar que una empresa pueda ser legalmente la
propietaria del término genérico “toro”. Si esto fuera así, incluso el
"Consejo regulador de los vinos de Toro" también podría ser demandado
por Osborne por la inclusión del término “toro” en su logo.
Es triste comprobar cómo se quieren apropiar de la
imagen del toro. En este blog, desde su inicio, hemos defendido que la imagen
del toro no es propiedad de un país ni de una marca comercial. La imagen del
toro es un símbolo que pertenece, desde sus albores, a la humanidad.
Por otro lado, la silueta de un toro sobre una colina
fue una idea original del pintor Enrique Mélida. El toro representado en su
obra "¡Se aguó la fiesta!" fue una imagen muy popular en la primera
mitad del siglo XX, siendo reproducida sobre numerosos soportes (abanicos,
panderetas, cerámica, etc). Las bodegas Orbaneja, treinta años antes de la
aparición del Toro de Osborne, ya habían utilizado la imagen desafiante de un
toro sobre una colina para la promoción de sus vinos de Jerez. A pocos metros
del estudio profesional de Manolo Prieto en Madrid se encuentra la taberna
flamenca "Los Gabrieles", un local en el que se reunían buena parte
de los artistas, toreros, políticos y bodegueros andaluces que visitaban
Madrid. Todavía hoy se puede ver en las paredes de “Los Gabrieles” un cartel
cerámico de las bodegas Orbaneja con la silueta de un toro sobre una colina muy
parecido al del Toro de Osborne. Ese cartel publicitario reproducía el cuadro
“¡Se aguó la fiesta!” de Enrique Mélida.
Sería difícil suponer que Manolo Prieto, andaluz
aficionado a los toros y al flamenco, no conociera la taberna “Los Gabrieles”,
situada a pocos metros de su estudio. En sus visitas a la bodega, forzosamente
se percató de la presencia de aquel toro que miraba desafiante a un mozo con
una botella de vino en sus manos. Aunque Manolo Prieto tuvo la genial idea de
trasladar al toro a colinas de las carreteras españolas, no debemos olvidar que
el autor original de aquella idea fue Enrique Mélida.