Las
pinturas prehistóricas se pueden encontrar al aire libre, en abrigos naturales,
o en lugares poco accesibles en el interior de cuevas. No se conoce con certeza
qué papel desempeñaban estas pinturas, pero podemos compararlo con tribus
primitivas actuales, en las cuales las imágenes de animales tienen un
significado simbólico y religioso. La imagen de un animal pintado sobre la
pared de una cueva es un ideograma que invoca al espíritu de ese animal con
intenciones tan diversas como el éxito en la caza, la fertilidad, etc.
EL TORO. EL NACIMIENTO DE UN ICONO
En las pinturas
prehistóricas se representaban gran variedad de animales, desde pequeños
insectos, como las abejas, hasta elefantes. Con frecuencia se mostraban, en
aparente desorden, rinocerontes, caballos, cabras silvestres, osos, bisontes,
etc. Uno de los que más destacaba entre ellos era el Bos Taurus. La presencia del toro en estas pinturas es una
prueba de su existencia en lugares en los que actualmente no está presente, así
como un indicio de su importancia como animal de caza. Su fortaleza física, capaz de matar al hombre, hicieron del Bos Taurus un
animal sagrado.
Se han encontrado pinturas de toros en Europa, norte
de África y Mesopotamia.
Cueva Remigia
(barranco Gasulla)
LA SILUETA DEL TORO EN LA PENINSULA IBERICA
La gran cantidad de pinturas
representando al toro en el levante español demuestra que éste recibió una
especial veneración en comparación con otros animales. Por el contrario, en el
norte de España donde era más abundante el el bisonte, éste ocupó el papel
protagonista.
En general las pinturas se hallan en abrigos y cuevas
poco profundas. En la península Ibérica son de especial interés las pinturas de
Asturias (Peña
de Candamo, Buxu, Loja, Pindal, Tito Bustillo), Santander (Altamira, Pasiega,
Castillo, Covalanas y Hornos de la Peña), Vizcaya (Basondo, Santimamiñe y San
Martín), Guipúzcoa (Altxerri y Cestona), Soria (Balonsadero), Cuenca (Peña del
Escrito, Rambla del Enear y Marmalo), Teruel (Prado del Navazo y Callejón del
Plou), Lleida (Cogul), Tarragona (Montsía y Valltorta), Castellón (Remigia),
Albacete (Minateda y Venado), Murcia (Cantos de Arabí y La Pileta) y Cádiz (El
Arco).
Peña del Escrito. Villar del Humo (Cuenca)
En Vilar del Humo (Cuenca)
se encuentra un conjunto de abrigos
naturales con pinturas, como Peña del Escrito y Selva Pascuala, formando
parte de un centro ceremonial dedicado al culto del dios toro.
Abrigo Grande de Minateda (Hellín, Albacete)
CUEVA DE LASCAUX, MONTIGNAC (FRANCIA)
Las pinturas de Lascaux fueron realizadas durante el
periodo Magdaleniense antiguo (15.000 a.C.). Como otras cuevas importantes, Lascaux fue utilizada
como centro ritual durante miles de años. Se cree que en esta cueva, además del
culto a animales, también se realizaron rituales de paso a la madurez ya que se
encontraron huellas de manos infantiles pintadas. Los pigmentos minerales utilizados como el óxido de manganeso, el óxido
de hierro y el caolín fueron traídos desde
lugares situados a más de 20 km. de distancia de la cueva, lo que indica la
importancia de dicho centro.
La técnica
pictórica era muy elaborada. Bajo la luz de lámparas de grasa animal, que producían poco
humo, primero se realizaba un dibujo grabado sobre la piedra
con un instrumento de sílex y después se pintaba mezclando los diferentes
pigmentos en paletas de piedra. Para alcanzar las zonas más altas de las cuevas
se construyeron rudimentarios andamios.
En la sala oval de Lascaux
destacan, por su aparatosidad, las imágenes de cuatro enormes toros blancos de
más de cinco metros de longitud. También encontramos toros amarillos, bicromos
y negros.
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