martes, 1 de enero de 2013

EL TORO EN LA PREHISTORIA (2)


LAS PINTURAS RUPESTRES
 
  




 

 
   Las pinturas prehistóricas se pueden encontrar al aire libre, en abrigos naturales, o en lugares poco accesibles en el interior de cuevas. No se conoce con certeza qué papel desempeñaban estas pinturas, pero podemos compararlo con tribus primitivas actuales, en las cuales las imágenes de animales tienen un significado simbólico y religioso. La imagen de un animal pintado sobre la pared de una cueva es un ideograma que invoca al espíritu de ese animal con intenciones tan diversas como el éxito en la caza, la fertilidad, etc.

EL TORO. EL NACIMIENTO DE UN ICONO

         En las pinturas prehistóricas se representaban gran variedad de animales, desde pequeños insectos, como las abejas, hasta elefantes. Con frecuencia se mostraban, en aparente desorden, rinocerontes, caballos, cabras silvestres, osos, bisontes, etc. Uno de los que más destacaba entre ellos era el Bos Taurus. La presencia del toro en estas pinturas es una prueba de su existencia en lugares en los que actualmente no está presente, así como un indicio de su importancia como animal de caza. Su fortaleza física, capaz de   matar al hombre, hicieron del Bos Taurus un animal sagrado.

   Se han encontrado pinturas de toros en Europa, norte de África y  Mesopotamia.

 

Cueva Remigia  (barranco Gasulla)


LA SILUETA DEL TORO EN LA PENINSULA IBERICA


   La gran cantidad de pinturas representando al toro en el levante español demuestra que éste recibió una especial veneración en comparación con otros animales. Por el contrario, en el norte de España donde era más abundante el el bisonte, éste ocupó el papel protagonista.

 
 

 


   En general las pinturas se hallan en abrigos y cuevas poco profundas. En la península Ibérica son de especial interés las pinturas de Asturias (Peña de Candamo, Buxu, Loja, Pindal, Tito Bustillo), Santander (Altamira, Pasiega, Castillo, Covalanas y Hornos de la Peña), Vizcaya (Basondo, Santimamiñe y San Martín), Guipúzcoa (Altxerri y Cestona), Soria (Balonsadero), Cuenca (Peña del Escrito, Rambla del Enear y Marmalo), Teruel (Prado del Navazo y Callejón del Plou), Lleida (Cogul), Tarragona (Montsía y Valltorta), Castellón (Remigia), Albacete (Minateda y Venado), Murcia (Cantos de Arabí y La Pileta) y Cádiz (El Arco).

 

Peña del Escrito. Villar del Humo (Cuenca)

 
   En Vilar del Humo (Cuenca) se encuentra un conjunto de abrigos  naturales con pinturas, como Peña del Escrito y Selva Pascuala, formando parte de un centro ceremonial dedicado al culto del dios toro.


 

Abrigo Grande de Minateda (Hellín, Albacete)
 

CUEVA DE LASCAUX, MONTIGNAC (FRANCIA)
 

   Las pinturas de Lascaux fueron realizadas durante el periodo Magdaleniense antiguo (15.000 a.C.). Como otras cuevas importantes, Lascaux fue utilizada como centro ritual durante miles de años. Se cree que en esta cueva, además del culto a animales, también se realizaron rituales de paso a la madurez ya que se encontraron huellas de manos infantiles pintadas. Los pigmentos minerales utilizados como el óxido de manganeso, el óxido de hierro y el caolín fueron traídos desde lugares  situados a más de 20 km. de distancia de la cueva, lo que indica la importancia de dicho centro.

 



 

 

 

   La técnica pictórica era muy elaborada. Bajo la luz de lámparas de grasa animal, que producían poco humo, primero se realizaba un dibujo grabado sobre la piedra con un instrumento de sílex y después se pintaba mezclando los diferentes pigmentos en paletas de piedra. Para alcanzar las zonas más altas de las cuevas se construyeron rudimentarios andamios.

 


   En la sala oval de Lascaux destacan, por su aparatosidad, las imágenes de cuatro enormes toros blancos de más de cinco metros de longitud. También encontramos toros amarillos, bicromos y negros.

  

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